Patente o modelo de utilidad
Dos opciones para proteger un producto
A menudo cuando los inventores buscan información en internet sobre cómo patentar un producto se encuentran con que existen dos posibilidades: patente o modelo de utilidad. ¿Pero son lo mismo? ¿Qué se puede registrar como patente y qué como modelo de utilidad? En este artículo aclararemos esta duda frecuente entre los inventores de una manera práctica, sin entrar en tecnicismos innecesarios.
Siempre que hablamos de proteger un invento efectivamente encontramos las dos opciones mencionadas, y no, no son lo mismo.
Características de una patente
Casi con toda seguridad es sobre lo que más has oído y leído. Una patente es una modalidad de protección de invenciones que te permite disfrutar de un derecho de exclusividad por 20 años. Con la actual ley de patentes vigente, una patente exige la solicitud de un informe del estado de la técnica así como de un examen sustantivo. El pasar con éxito por dichos exámenes tiene la ventaja de contar con una base más sólida al defender la novedad y la actividad inventiva de lo que se protege. Sin embargo, por otro lado, también triplica los costes de registro y dificulta más la concesión.
En este artículo podrás encontrar más información sobre cómo patentar una idea.
Características de un modelo de utilidad
Esta es una modalidad menos conocida pero no por eso menos importante. La protección que ofrece un modelo de utilidad es por 10 años. Esto a priori podría parecer una desventaja con respecto a la patente (20 años), sin embargo, también hay que valorar si de verdad se necesita una protección por un tiempo mayor. La experiencia nos enseña que muy a menudo un producto puede llegar a tener éxito comercialmente por un periodo de 3 a 6 años ya que luego no es extraño que salga un producto mejor o que el propio inventor mejore su invento.
¿Mi invento es una patente o modelo de utilidad?
Esa es la eterna pregunta. La verdad es que existe la falsa creencia que si un producto es completamente novedoso debe ser patente, y si no lo es debe ser modelo de utilidad. En realidad en ambos casos la ley es muy clara al indicar que deben cumplir con los mismos requisitos: novedad, actividad inventiva, aplicación industrial. Con unas pocas excepciones, todo lo que puede ser una patente puede ser un modelo de utilidad. Por lo tanto, podríamos afirmar que en la mayoría de las situaciones es sencillamente el inventor quien decide si prefiere registrar su idea como patente o como modelo de utilidad.
Protección jurídica del invento
Ambas modalidades permiten a un inventor defenderse ante los tribunales ante un posible plagio por parte de un tercero.
Internacionalización de la invención
Tanto la patente como el modelo de utilidad permiten ampliar el derecho nacional inicial hasta un nivel internacional, pudiendo entrar igualmente en los procesos y convenios internacionales vigentes como pueden ser el PCT (tratado de cooperación internacional) o la patente europea.
En resumen, ¿patente o modelo de utilidad?
Una patente es por 20 años, tarda en concederse unos 2 o 3 años y la inversión así como la complejidad del procedimiento es mayor. En el caso del modelo de utilidad la protección es por 10 años, tarda en concederse unos 6 meses aproximadamente y la inversión es mucho menor, así como la complejidad del procedimiento.
La decisión final corresponde al inventor.
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